El volumen de pasajeros crece al ritmo de sus expectativas. Es fundamental que los aeropuertos estén en condiciones de hacer frente al volumen de la demanda y también a las crecientes necesidades de cada pasajero. ¿Por qué? Porque la satisfacción del pasajero es crucial para la reputación y el atractivo del aeropuerto.
El pasajero de hoy quiere tener más control respecto de su viaje. Quiere gestionar por sí mismo los procesos clave como la documentación, la carga y reclamo de equipaje, y el embarque. Quiere pasar menos tiempo esperando en la fila y más tiempo relajado y disfrutando de los servicios que ofrece el aeropuerto.